La droga es mala. Prueba de ello es la cantante Amy Winehouse que padece una grave enfermedad pulmonar desarrollada a consecuencia de fumar crack, que es un derivado de la cocaína, y cigarrillos, según ha confesado su propio padre Mitch Winehouse en un medio inglés. La artista, que se encuentra muy mal, deberá dejar las drogas si quiere seguir cantando. Incluso podría morir sí continúa con su consumo. La cantante, ganadora de seis premios Grammy, se encuentra muy desmejorada como se puede ver en la foto. La artista, que sólo tiene 24 años, ingresó el pasado lunes en un hospital de Londres, según ha declarado su padre al diario Sunday Mirror. La enfermedad pulmonar detectada se encuentra en una primera fase y, aunque es crónica, todavía tiene remedio. Para ello Amy tendría que dejar las drogas y someterse a un programa de desintoxicación.
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